boris gold

A VECES SER BUENO...DUELE

 

 

Hoy no era un día como cualquier otro para José, de ninguna manera, estaba estrenando ni más ni menos que SU PRIMERA JORNADA COMO DESOCUPADO, esto por lo inesperado y por su inexperiencia en ese metier, lo tenía por demás preocupado.

Entró en ese bar, se sentó y tomó de un estante el diario de esa mañana, mientras tanto ordenó al mozo un cortado, esperando que el pedido se hiciera efectivo, comenzó a hojear el matutino buscando con premura lo que más le interesaba:” Los Avisos Clasificados”, sus expectativas estaban puestas en conseguir un empleo...Y CUANTO ANTES, MEJOR.

En tanto revolvía la infusión, iba leyendo ávidamente lo allí impreso sin entender lo que sus ojos leían, todos los pedidos estaban dirigidos a gente de no más de TREINTA Y CINCO AÑOS...NO LO PODÍA CREER, él tenía cincuenta: ¿ que se suponía que debía hacer?.

Durante mucho tiempo trabajó sin problemas en una multinacional, que respetó como corresponde  su condición de empleado de dicha firma, ofreciéndole todos los beneficios que como tal le correspondían, pero de golpe y porrazo la planta se fusionó con otra empresa...y la primera medida que llevó a cabo la nueva administración, fue el despido de los trabajadores más antiguos.

En un instante se llevó a cabo la gran metamorfosis, pasó de ser un individuo con un buen pasar, ocupado en un empleo satisfactorio y con un porvenir casi seguro, a ser uno más de los tantos sin trabajo que pululan por todos lados, sabiendo, eso si, que su horizonte pintaba más bien de color negro.

Ante él tenía varias opciones,  a diferencia de las originales que le daban la oportunidad de elegir alguna, en estas se le cerraban todas las puertas para una salida esperanzadora.

Se había preparado par un montón de cosas, pero para algo así no tenía defensa alguna, nunca imaginó que el destino lo iba a poner en un problema de esa naturaleza.

El ser humano, esa máquina pensante, puro raciocinio y sentimientos, es el único que a pesar de estar pasando los momentos más difíciles de su existencia, siempre tienen un lugar y un ratito para “masoquearse” y de esto no pudo sustraerse, como buen ser humano que era.

La única reacción que se le ocurrió en ese momento tan particular, fue hacer un racconto de su vida, fue para él, una herida abierta que la sinrazón del tiempo no iba a permitir que se cerrara.

Se vio inserto en un barrio muy pobre del conurbano bonaerense, niño aún, oliendo y palpando la miseria de esa casa que no eligió, pero el destino o vaya uno a saber quién fue el que lo depositó allí, hijo de un matrimonio que pasó la existencia siempre varios pasos atrás del confort de una casa digna, de alimento suficiente para una buena nutrición, de ropa acorde para los fríos inviernos y el caluroso verano, en fin, el cuadro no era precisamente el mejor.

Después de una adolescencia a la deriva, cayéndose y levantándose sin tener a quién preguntar como era la cosa, lo que si sabía era trabajar como un animal para juntar los pocos pesos, que un patrón desaprensivo le daba y con el cual ayudaba a la manutención de su casa.

Siguiendo el hilo de sus desdichas, lo sortean para el servicio militar y allí terminó de perder a causa de las múltiples humillaciones recibidas, el último vestigio de dignidad que a duras penas había logrado salvar y sin darse cuenta...SE RECIBIÓ DE HOMBRE, siempre cumpliendo al pié de la letra la premisa de ser decente, buena persona y cumplir con las reglas que imponía la sacrosanta sociedad.

Nos cuenta su historia que luego de todas las vicisitudes pasadas, comienza a vislumbrarse un atisbo de felicidad, cuando el destino pone en su camino a una dulce mujer, que trae consigo el cupo de alegría a su por demás triste existencia.

Después el casamiento y a seguir cinchando nuevamente, pero tras un destino de a dos, fruto de ese amor vinieron un par de hijos que trajeron  el motivo para creer que todo lo pasado bien valía la pena, de esa manera y si DIOS lo permitía tendría una vivencia feliz y una vejez esperanzadora.

Pero esto lo de ahora no estaba en sus planes,¿ quién era el culpable de esta situación?, siempre cumplió con las reglas que le impuso el medio en que se movía, nunca se apartó del camino recto acatando a rajatabla todos los dictados que marcaban la ley, ¿ y esto era el premio a todo lo hecho?.

Lo invadió una profunda tristeza ante tanta injusticia y más aún, sabiendo que no se puede luchar contra la impotencia de verse convertido en un fracasado.

Mientras las lágrimas caían incontenibles  desde sus ojos, se le presentó con toda lucidez “LA GRAN VERDAD”, el camino a la felicidad tiene tantos baches, que los únicos que pueden transitarlos son los osados y los tramposos...

¡Y EL NO HABÍA CURSADO NINGUNA DE LAS DOS MATERIAS!.

 

Ya no se siquiera / como es que se llega / a la meta esquiva / de la felicidad / no sirve ser recto / decente ni santo / la trampa se impuso / en la...sociedad.

 

Boris Gold

(simplemente…un poeta)