En el fondo de mi corazón, muy escondido en un rincón están mis recuerdos. Las calles, los árboles de mi barrio, mis costumbres casi olvidadas, y estás tú mirándome. Si, tú, siempre a mi lado, mostrándome el camino, guiando mis pasos. Primero fue mi padre quien me tomó la mano y me señaló el camino, luego mis hermanos también te ayudaron cuidándome, después mis amigas casi me desviaron... pero regresé, y ahora estoy aquí siempre recordando, siempre añorando, siempre meditando. Pienso en lo que no hice y debí haber hecho, en lo que hice y no debí hacerlo, en los que amé si ellos merecerlos, y los que me odiaron sin motivo alguno. Ha pasado el tiempo y aquí estoy, tú me sigues guiando con paciencia, quitas las espinas que se atraviesan a mi paso, pones gente buena de las cuales aprendo, pones gente mala para que aprenda a amar sin recompensa alguna. En fin, estoy aquí, en poemas del alma escribiendo solo lo que siento.