Guarda silencio…
como la inmovilidad de la montaña
como tesoros de antaño
cuando la infertilidad enmudece
el fuego interior crece
y el amor del cielo nos baña.
Despejando la voz y sus trinos
el sol amarillo citrino
nos acaricia la piel
y aromas de esencia a laurel
van deletreando los sinos.
Se ha convocado un concilio
y la conciencia entra en calor
con las criaturas del principio
ondinas y salamandras
transforman luz y color
y el paso no es en vano
saboreando la sabiduría del tao.