Dulce amigo que acompañas
mi caminar de pantalones caídos.
Dulce amigo que con tu hocico
entregas ese saludo fiel,
aunque no te corresponda.
Dulce amigo que acompañas
mientras una luna llena pinta el cielo
de un azul oscuro que parece mar.
Dulce amigo que aceleras el paso
y luego vuelves tu cabecita
para esperar esa caricia en tu oreja.
Dulce amigo que, de la nada,
encontraste a este hombre desperanzado,
lo acompañaste hasta casa sin más ni más.
Dulce amigo, dejame decirte,
entre la ternura de tu mirada
y tu paso noble, seguro,
fortaleciste en esa noche
a un pobre madrugador.
Dulce amigo que batallaste
a esos canes detras de alambrados
que, cobardes, defendían aposentos
de familias acaudalosas.
Dulce amigo que supiste seguir
a estos pies de pesadilla,
doblando en cada recoveco,
sorteando cada calle, cada esquina.
Dulce amigo, caminaste junto a mí,
junto al rio, y por una glorieta.
Dulce amigo, tu pecho es fuerte,
tu andar corpulento, tu mirada...
no se compara con nada.
Dulce amigo, llegamos a casa,
me detengo, estoy por entrar.
Dulce amigo, te detienes en la calle,
me miras, nos miramos, en un instante,
una eternidad.
Dulce amigo, mediante mi gesto con la mano
vienes robusto y arcaico, me abrazas,
te entrego un beso en la cabeza,
te paras en dos patas y bailamos un baile
que no muchos entenderán.
Dulce amigo, entro y cierro el portón,
aun asi te quedas parado primero,
sentado después, esperando.
Dulce amigo no me quiero ir,
no quiero dejarte nunca, jamás.
Dulce amigo, te digo que vuelvo,
mientras entro a casa,
y busco una milanesa que sobró.
Dulce amigo,
te convido con una manzana cortada,
pues la milanesa la comió mi papá.
Dulce amigo, hueles la manzana,
y retiras las fauces, ofendido,
mas no puedo ofrecer, dulce amigo,
quisiera tenerte conmigo
para siempre.
Dulce amigo, te acuestas en el pasto
de mi vereda, refunfuñando.
Dulce amigo, escucho tu suspiro,
y encuentro en él una soledad elocuente,
me detengo en tu enojo, de niño.
Dulce amigo, me retiro,
te digo vuelve que tú sabes el camino.
Dulce amigo, miro y aun estas ahí,
esperando para caminar otra vez juntos.
Dulce amigo, me siento un momento
a entregarte estas palabras
de gratitud indemne.
Dulce amigo, pasa un rato,
me vuelco a verte otra vez,
pero ya te has ido....
Dulce amigo, te amo
con el corazón!!!