Nuestro pecado nos llevó hasta las puertas del cielo.
Tus besos me permitieron ver el rostro de Dios.
Peco cada segundo que pienso en ti.
Sueño contigo a cada instante.
Tus lunares son mi atlas, donde me encuentro, donde estoy vivo.
Las curvas de tu sonrisa, mi razón de ser.
Me enamore de tu respirar.
Si vivo, es para amarte.
Dedicare mis últimos días a ti.
Mi último suspiro para gritar tu nombre.