Cuando él le encontró a ella,
Y ella le encontró a él,
Sus ojos se volvieron portales,
Por donde cruzaron sus almas,
Solo con un beso,
Solo con una mirada,
El milagro de Dios apareció,
Es amor, solo eso,
Puro, diáfano,
misericordioso, benevolente.
Así sucede,
siempre ha sido así.
¿ Quién no ha estado sumergido en el
dulce éxtasis de un beso?
Cuando un hombre ama una mujer,
Y ella le ama también.
Así sucedió con Adán y Eva,
En el preciso instante que él la vio,
Solo pudo recitarle un poema
“Eres carne de mis carnes,
Y huesos de mis huesos”
O cuando Tristán e Isolda,
Bebieron aquella mágica poción,
Quedando perdidamente enamorados.
El amor ha sobrevivido a todos los embates,
Aún cuando muchos se empeñan en asesinarle.
Alexander Perdomo
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