Nunca es tarde para errar el camino otra vez y recoger las mieses del tiempo que no quiere soltarnos, quien nos mira incrédulo, _cómo estos dos tan tontos que se aman a destiempos ni en eso pueden ponerse de acuerdo_
De intentar e intentar se nos va a acabar la vida.
Somos como peces recorriendo nuestra mar, cada cierto tiempo, salimos a la superficie a buscar una bocanada de aire que nos permita vivir en la profundidad, sumergirnos y encontrarnos con nuestra naturaleza, llegado el momento, emergemos para llenarnos de vida, de ese amor incomprensible que nos invita a sentirnos más vivos, más plenos, más en paz, que sin embargo si nos quedáramos ahí, demasiado aire nos mataría.