Arrullos de vientos, tu voz,
que subyuga…
y que rasgan sin piedad
mis velos desnudos,
como idea voraz de cabalistas tenaces;
como símbolo azul del declive
de tus ignoradas andanzas.
Eres obsesión y tormento,
distantes…
escucho tu risa y tu voz
que cautiva,
extasiada.
pero
que no dejan de ser Sombras;
cadencias y notas graves
que se anidan presurosas
en mi alma solitaria
jadeante por sentires de
Amor Verdadero.
mientras,
tú vives y mueres en caravanas gitanas,
bramando al Mundo tus rimas
y poemas,
Mientras sabes
de las ansias
y sueños ajenos de mis labios
y mi boca.
El sol y la noche,
arduos y expectantes
nos miran extraños;
(y guardan con fidelidad,
este blanco Secreto
tenue, incipiente, casi transparente)
que sobrevuela
constelaciones dramáticas
y extraordinarias,
pero que a la vez,
nos separan...
Patricia Aznar Laffont