Me culpaste. Pero no sabías lo que hacías.
Al enterarme que estabas enferma,
traté de hallarle una solución. Cuál era?
Tratar de trabajar más. Lo hice.
Hasta que mis fuerzas ya no daban más.
Cuando entré al departamento
de mi madre, no sabía con quién
ella se encontraba.
El era su amante y yo lo ignoraba.
Allí me comentaron de su amistad,
y yo la acepté como debía hacerlo.
De todas maneras, mi padre hacía
poco tiempo que había fallecido,
y ella tenía derecho a disponer de su vida.
No me importaba.
A través de su relato,
él me transmitió sus sentimientos hacia ella,
y me confirmó que iban a casarse.
Contándome pasajes de su vida,
me entero de que un tío suyo le había
dejado una cuantiosa fortuna.
Entonces yo, no podía creerlo,
le solicité me facilitase un préstamo.
Para qué lo necesita\"?- me preguntó.
Para poder solventar los gastos
para una operación que debe hacerse
mi futura esposa\"-le respondí.
No será para emborracharse como es su costumbre\"?
Usted me está ofendiendo\"- le respondí
Entonces saqué un revólver
que tenía en mi saco, y le dije:
Tengo esto en mi poder,
para defenderme de la mala gente.
Sólo se lo muestro a usted
para saber si me lo compra\".
Entonces él se avalanzó sobre mí,
y un disparo se escapó del arma
accidentalmente.
Te juro que yo no lo hice.
Fué un accidente. No lo hice yo.