VITRALES DEL ALMA

MÁS ALLÁ DEL FIRMAMENTO

 

 

 

 

 

Mi manera de amar es dulce con tintes amargos. Corazón, alma e intelecto, se sumergen en el mar de las emociones. Se hacen sus esclavos.


Estás, y el rocío de la mañana florece. Y no, y su luz fenece, extendiendo sobre mi universo llanto y desolación.




Lo percibido por los sentidos,  nace y muere a la vez, a cada instante. Es perecedero. No obstante,   germina, conectando al hilo de la  eternidad.

 

 

¡La inteligencia ha de buscar en su propio piélago, la razón de su esencia, de lo eterno!



El amor, el amor cristalino,  hace parte de lo sempiterno y allí ha de buscarse.   Se  verá sin duda: el amor puro de los amantes, de quien da vida para germinar vida, de quien en éxtasis nocturnal contempla la belleza del firmamento, transcribiendo  su llanto, su sangre.


Al despertar, en la noche o la madrugada, o cuando la dama de la vigilia no permita que tus párpados cierren, dirige tu mirada al firmamento y en su divino fulgor, hallarás la esencia de éste amor, me hallarás en él.    

 

 

Luz Marina Méndez Carrillo/2019/Derechos de autor reservados.