Cabalgando en mi negro alazán,
voy persiguiendo a mis sueños,
que por senderos de versos ellos van,
mientras que unos ojos pequeños,
cual fulgor de unos destellos,
ven como se escapan de mis manos,
los sueños tan mios y tan bellos,
ocultarse entre oscuros pantanos.
Ahora que se fueron mis sueños,
ven mujer y cuentame tus pesares,
mas yo te cuento en la laguna,
Lo que vi, unos ojos risueños,
cual faros que alumbran los mares,
vi como son: Los ojos de la luna.
Iván Madueño Luján