Aquello que me gustaría olvidar,
impregnado ya está.
Y borrarlo, difícil será.
No puedo detener las memorias,
que con fuerza involuntaria
se adueñan de mi mente.
Tras una pesada máscara
que día a día cuesta cargar,
ella se esconde.
Entre paredes atrapada
mi mente se encuentra
y nadie la oye gritar.
Las memorias son muy fuertes.
En un mar infinito, de promesas rotas,
ella vencida y perdida está.