Aprender a amar con un corazón comprometido,
sin buscar vanidades en el camino,
entendiendo el lenguaje de los sentimientos,
reflejando en el alma el regalo de dar.
Aprender a disfrutar del don de la amistad,
almas fortalecidas y nutridas por la fraternidad,
ejerciendo y fomentando el don de compartir,
enriqueciendo la vida con las cualidades de cada persona.
Aprender a ser guiado por el amor de Dios
en caminos colmados de combates y lecciones,
llegando a la etapa de la madurez y el crecimiento,
transitando con una dirección espiritual
en la búsqueda frecuente de la sabiduría .