Hasta esta noche madrugada. Cuantas noches de siglos. Dejasteis atrás. Lunas llenas en los caminos. Y humos postreros en la alborada. Qué Dios te puso a andar sin invadir? Carretas sin prisa, agua y cielo sin fin. En los caminos sola, de los álamos la brisa. . Hasta esta noche del conjuro. Te erguiste y te quebraste. Como fuego al viento. De las penas contenidas. Rompiste el muro. Con ojos ardientes nos miraste. Y en el éxtasis del embrujo se dibujó. La sonrisa profunda de tus adentros. Diosa carnal entre los tuyos. Me conmovieron tus rotos ayes. Los ecos de tus viejos lamentos. Deja que el mundo gire, no te muevas. Deja que el castellano se encastille. Con los honores pasajeros de las verdades. a media. Hasta esta noche estuvo la flauta dormida. Rajó la guitarra el silencio y oyose la cascada de tus penas contenida