Verde era el prado como tu mirada,
verdes tus ojos como verdemar,
si verdes no fueran no podría amar
tu faz de serafín tan delicada.
Tú naciste para ser adorada,
de tus bellos ojos se prendó el mar,
yo de ti no me podría enamorar
si tú no fueras tan inmaculada.
Tus lindos ojos son dos verdes gemas
que me sedujeron cuando te vi;
en mi corazón clavaron dos saetas
transformándose en los firmes emblemas
de mi inquebrantable amor por ti,
si tú, indolente, mi amor no vetas
Canciones de amor.