Deslumbrada en su sonrisa…
«¡Tuya!» — dijo. Era robada.
Confié en él, ingenua, equivocada,
le di mi amor, mi vida, todo.
Perdidamente hechizada,
en sus ojos de miel y centeno,
imprudente tomé el veneno,
del corazón que miente, no ama.
Embriagada por sus besos,
tiernas caricias ensayadas,
fui incapaz de leer entre versos
lo hipócrita de tus acciones
Inconsciente jugué con fuego,
Tú conmigo… y salí quemada.
Agoniza en solitario, obstinado,
corazón que no quiso escuchar razón
Devastada busqué refugio,
En otros brazos, otros labios,
Y el anhelo más hiriente, mi amor,
tu amor, este amor, nuestro amor que miente