Ellos me moldean,
manipulan y modifican.
Hacen conmigo lo que
quieren, gustan y desean.
Me calientan, enfrían, mojan y secan.
Destruyen y forman.
Ellos no saben,
no conocen ni imaginan,
ignoran,
que dentro muy adentro
mi corazón, en llamas habita.
Con el barro en las uñas,
de tanto rasgar las paredes,
que impiden mi libertad,
sucias y marchitas
mis manos están.
Mas nada queda,
todo oscuro y roto está.
Ni sueños o anhelos
posibles serán.