Mi tía tiene su perro,
que asusta con sus ladridos
siempre le doy de comer,
y en mi barriga un ladrillo.
Pelea por unos huesos,
él me gruñe, yo lo esquivo
atiza el miedo su boca,
clavó en mi mano colmillos
sin percatarme siquiera,
aprovechó algún descuido
¡no lo puedo castigar!
aunque me robó el anillo.
¡Iré a la cárcel por hurto!
y mi dedo a su intestino.
El perro mordía un cable
no vi sus ojos prendidos,
abrió la boca \"Sultán\"
vi entre sus dientes mi anillo,
Fui a decírselo a mi tía
le batió la cola el niño.
Aquí no importa si robas,
ser honesto es un delito
con tinta sangre tu pagas,
si denuncias a un bandido
te matan a tu familia,
es asesino el instinto
se condena al inocente,
y a la calle los convictos.