“Hay tantas maneras de darte amor/ y escribirte es grata manera./ no eres arcoíris pero tienes color/ y eres cielo donde la belleza impera”.
Escribir siempre es tan agradable,
más si el sentimiento es palpable
y las letras van saliendo sentidas.
Habla el corazón y así te confiesas,
deseas besarla y con el alma besas
tantas partes de ella y no la olvidas.
Escribir como ejercicio es excelente,
ejercitas alma y corazón… y mente
y algo parecido al amor va saliendo.
Tal vez no seas artista pero la obra
escrita habla, la sensibilidad te sobra
y sólo artes con amor vas escribiendo.
Al escribir te expresas y la voz se calla,
el amor dentro de ti latiendo se halla
y sólo palabras sentidas del alma brotan.
Nada importa si estás llorando o riendo,
los sentimientos en versos van naciendo
y hasta en el brillo en los ojos se notan.
Escribes y te aíslas, la soledad es aliada
y cierta estrella a lo lejos te lee callada,
ovacionando en la distancia lo escrito.
El cielo y el mar cómplices se sienten
al ser ambos como el amor, no mienten,
el mar es imponente y el cielo infinito.
Escribir es… es mi manera de amarte,
desde mi alma, sitio especial, aparte,
donde siempre te conservo abrazada.
Saber interpretar el soplar de la brisa,
es besarte y darte en letras mi sonrisa,
decirte mil cosas y tenerte enamorada.
Escribir son tantas cosas, tantas, es eso
saliendo de mi boca tan similar al beso,
logrando acariciarte y hasta oírte gemir.
¿Ya lo has notado? Todo de ti me inspira,
hablé de sentimientos del alma y mira…
¡Con el alma te estoy amando al escribir!
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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