Soy lo que el prejuicio calla,
lo que gritan mis agallas
lo que la diplomacia otorga,
entre verdades muy frondosas...
Soy versos cortos incisivos,
de besos largos y lascivos,
de pocas letras en la lengua,
mis palabras nunca en huelga...
Soy los ojos del sin interés,
que miran al derecho y revés,
y entre la espada y la pared
se ahoga en su propia sed...
Soy el que reza distinto
el que sigue a su instinto,
creyendo en las personas
que son las que emocionan...
Soy quien al maldito persigo
por herir a mis amigos,
otras veces soy el perseguido,
a veces también salgo herido...
Soy enemigo de la intolerancia
por ser una dama vieja y rancia,
sin embargo, en ese estrado
he cometido el mismo pecado...
Soy lo que el prejuicio calla,
el que contigo va a la batalla,
el que no le teme a las balas
ni mucho menos a las palabras...