Déjame llorar mi pena Malena.
Solo quiero recostarme en tu pecho.
Que me abraces fuerte, sin pronunciar palabra alguna.
Solo necesito tu presencia, tu olor, tus manos que me acaricien.
La suavidad de tu piel que calma mis tormentos.
Déjame desahogarme Malena.
Cerrar mis ojos y perderme en tu pecho.
Los latidos de tu corazón son bálsamo para el dolor del alma,
sosiego, dulce melodía que calma el ímpetu de mi ser errante,
susurro divino que aplaca mi alma rebelde.
Déjame agonizar Malena.
En la playa silente de tu vientre,
en el remanso de tus dulces besos,
en la playa desierta de tu aliento .
Escóndeme, te suplico, en lo íntimo de tu ser.
Déjame morir Malena.
No aguanto más este vivir.
Se me ha tornado en un eterno sufrir.
Acepta mi tormentoso ruego
Sé mi puerto seguro, mi dulce fenecer, mi sosiego.