La luna rosa tocó mi ventana y el fulgor de su alma ignota declinó en la mía.
Extraño color rosa y aura de flores difumino en mi alcoba. Alce la mirada al firmamento y vi la luna rosa y su alma rota.
Inquietud destiló mi cuerpo y desasosiego el corazón. Lejos estaba de comprender, que no era la luna, no. Era el reflejo de tu alma en la mía incrustada.
Luna, luna rosa
Reflejo de amor, reflejo de vida.
Has de saber…
Que mi sangre tembló por él
Y mis sueños rotos están
Lo tuve y lo tengo
Entre mis brazos ebrios
Entre mis pechos y colinas
Entre mis valles y montañas
Me tuvo y me tiene
Entre sus ansias dulcísimas
Entre sus labios sedientos
Y sus volcanes ardientes
¡Sangre adorable!
¡Esencia penetrante!
Palmo a palmo
Tu cuerpo en el mío
El mío en el tuyo
Agonía de rutinas,
Encanto de aleluyas.
Y la luna rosa partió, dejando a su paso, el lago prohibido de azucenas y diademas.
* Imagen tomada de la Asociación Astronómica de Cartagena.
Luz Marina Méndez Carrillo/10052019/Derechos de autor reservados