HOJARASCA
La hojarasca que cruje adolorida,
la que rozo con mis pasos, en mi huida,
no es más seca que la tierra que camino,
ni más estéril que los campos donde habito.
Me voy, dejando mi añoranza refugiada,
allí, donde ni siquiera sale el alba,
allí, en donde los rayos no fulguran,
allí, donde descansa el alma inerte
que ha sucumbido en la espera, por tenerte.
Con cada paso que doy, trazo la huella,
para dejar constancia que he existido...
aunque transite mi cuerpo sin el alma,
aunque queden mis delirios en exilio,
yo, seguiré la ruta señalada,
buscando tal vez, una morada,
en donde reposar mis magros huesos,
en donde reposar mi carne enjuta.
Una tierra bien fértil y mojada,
una tierra en donde crezcan los frambuesos,
una tierra en donde el cielo no se enluta,
una tierra con aroma de azahares,
una tierra circundada por dos mares,
una tierra en donde el sol nunca se oculta.
Allí, podré esperar sin un lamento,
aunque mi cuerpo sólo sea un esqueleto,
allí, podré esperar plácidamente,
a que llegue ese beso de la muerte,
allí, podré esperar plácidamente,
que se acalle mi voz eternamente,
allí, podré esperar plácidamente,
hasta que quede sin un átomo mi cierzo,
allí, podré esperar plácidamente,
que me envuelva la aurora para siempre.
Felina