La alegría, la más sabrosa,
esa que es inalcanzable
hoy me besó.
Me preguntó por la tristeza
y le dije que: se esfumó
en el momento que
tu boca me tocó.
Es más, creo que la tristeza
nunca totalmente me invadió
porque la alegría
y sus labios finos
viven en mi corazón.
Alegría alegría,
sol de mis días,
pezones dulces y erguidos
puñales que pintan sonrisas
en mi corazón.