Se disipan las tinieblas con los primeros rayos de sol.
El rocío mañanero acaricia a su paso la natura.
El nuevo día nace sin prisas, lento despierta.
Aroma a esperanza percibo en la nueva jornada.
Atrás quedan las tinieblas, los temores e incertidumbres.
Somos el resumen de experiencias, vivencias y amores.
Un proyecto que poco a poco se construye.
Todo lo vivido enriquece jamás destruye.
Somos un misterio que crece, no disminuye.
En silencio oteo el horizonte, perdiéndome en la bruma,
sintiéndome afortunado de existir y ser,
de poder contemplar este nuevo amanecer.
Solo me resta sentir, admirar y agradecer.