Se ven manzanas
Colgando de las ramas
muy tentadoras.
Recuerdo tardes
subiéndome a los árboles
para cogerlas.
Detengo el tiempo
y veo esos instantes
ya tan lejanos.
Días tranquilos
de paz y vacaciones,
tropando yerba.
Los familiares
guiaban nuestros pasos
con mil consejos.
Días de frutos,
de leches y de natas
de las marmitas.
Y así, vivía,
los años juveniles
y era feliz.
En ese ambiente
leía por las noches,
al acostarme.
Y ¡siempre, siempre!,
dormía entre los sueños
que me atrapaban.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/09/19