Metamorfosis.
Mi habitación está oscura, sólo existe la frágil luz de las estrellas alumbrado débilmente mi cuarto. La noche me mira de reojo a través del cristal sucio de mi ventana. Ya es de madrugada y, de a poco, el omnipotente frío comienza a abrazar todos los espacios existentes del planeta. El universo está oscuro, las calles están vacías y la luna está atrincherada detrás de las nubes. La inspiración despierta, y entonces, nace poesía tiritante entre mis manos. Mis átomos comienzan a sufrir sobredosis de existencia y todos los segundos transcurren desesperados. Mil millones de Lágrimas se deslizan desenfrenadas por la extensión de mis mejillas y todos mis latidos nacen muertos por mi pecho. La noche avanza inexorable, todo comienza a perder sentido, todos los colores pierden su identidad, todos los suspiros de mi alma quedan esparcidos por el mundo.