Aquí estoy encadenando el tiempo,
estrechándole el cuello al espacio infinito,
ese que me separa a esta hora de tus ojos.
Aquí estoy condenado, tejiendo el deseo,
el de cabalgar tus besos de rojo hipnotizante
Y se me acorta la vida cuando más estiro el paso.
Y aquí me tienes, sin economizar esfuerzo,
cuando tú eres el norte en la brújula oxidada,
de este terco, perdido y loco corazón.
...y soy el potro indomable y la nota rebelde,
el nudo del segundo que desafía las horas;
un disparo que duerme con los ojos abiertos.
Soy el delirio que yace en la plegaria de un muerto,
que se siente tan vivo cuando se enreda en tus brazos
y deposita en silencio los rincones de su amor.
Soy el zapato marchito que con su huella de enjambre,
pone en jaque a su destino; soy mi marcha y mi camino
...que camina por tu amor.
y soy…y aquí me tienes… y aquí estoy…