alupego (Ángel L. Pérez)

EN LA SANGRE ALGO QUEDA

EN LA SANGRE ALGO QUEDA

Cuando el amor se va
algo queda en la sangre.
Un marchamo de hambre
que flotando se esconde.
Un brillo en los instintos,
un reflejo en los órganos,
un destello que nace
en aquellos que amen.

Del corazón las penas,
los sueños de la mente
y las ideas saltando
de quien pena a quien siente.
En la voz las palabras
con matices auténticos,
temores laberínticos
que en sus tonos se oyen.

Una sombra en el tiempo,
una mancha en la idea,
y el sutil pensamiento
que se queda entremedias.
Con la frente perlada
del saber de los años
y el aliento preñado,
de preludios fantásticos.
Un querer lo que sueña,
lo que la idea quiere.

Se aglutinan anhelos,
promesas y deseos.
Se amontonan proyectos,
en negros recovecos
y el profundo destello
de una luz cegadora,
señalará el camino
que conduce a la aurora.
Salpicando la penas,
unas gotas de gloria.

De vida son los ojos,
que atrevidos observan,
escudriñando el mundo
para entender la esencia.
Mensajeros que buscan
de la verdad su entrega,
como rendijas lúcidas
en las mentes inquietas.
Una luz que se interna,
en la profunda vida.

Suaves notas dejando
la esperanza a quien llega,
en un torrente mágico
de nuevas primaveras.
La hermosura bailando
con los versos que tiemblan,
piruetas que enamoran
con su tierna cadencia.
Verdes brotes de esencias
que en las luces se albergan,
en la pasión profunda
que el sentimiento anhela.

Cuando el amor se va
algo en la sangre queda,
unos tibios efluvios
que recorren las venas.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
16/09/2019