Veintitrés años al norte
recordaré que hubo una luz,
un juego de miradas,
pequeñas letras enlazadas
entre yoguités y abertxales,
bienvenidas a Tijuana,
unos ojos cerrados en deleite
de la ciudad de los bosques,
denso humo neutralizado
a base de besos sentidos,
catedrales de antaño,
generosidad a la vuelta
de cada una de tus esquinas,
jimmyjazzes ebrios,
tentaciones de luna estrellada,
corazones bombeando,
"te quiero, te echaré de menos",
viejos con txapelas,
nubes y claros,
sonrisas que matan
y locuras que ciegan,
tactos,
goces...
Y un sinfín de chupitos de amor
brindados al Sol.