En la inmensidad de tus ojos me pierdo.
No encuentro otro refugio mejor que ellos.
Cálidos, profundos, puros, bellos.
Me deleito con sus plácidos destellos.
Solo con mirarme sabes lo que siento.
Descubres mi más profundos secretos.
Mis fantasmas, mi dolor, mi sufrimiento.
Desnúdome entrando en contacto con ellos.
Inútiles las palabras basta solo mirar,
para poder contemplar la pureza de tu ser,
Lo profundo de tu querer
Sintiéndome en ti fenecer, mi adorada mujer.