Una dirección
mezclada en un naranjo horizonte,
aprender y reconocer
infinito camino adelante.
Pero una puñalada
abrió un rojo incesante,
una duda dilantándose
en la infancia refugiándose.
Torbellinos de negro y blanco
el compás se invirtió
y con sonrisas recibió,
un agujero se abrió
años te acogió.
El ocaso púrpura
sonrió,
buscando la luna,
la ilusión del sol,
escalaste esperando.
Y llegó,
pero no era tu canción.
Como agua entre los dedos
escapó,
y no supiste retornar.
Tus días en suspenso están.
tus lágrimas sin sustento van.
Acaso hay algo más allá?
tormentos que hiriendo
nos unen más?
El gris se asoma
con un violín
dando forma;
no me odies
aunque ya no aflore.