Algo aprieta el pecho lleno de amor.
Me tiene prisionero en la mañana,
Al atardecer invade mis ojos,
Con nubes de nostalgias amargas.
Me consume alegrías, tristezas,
También imágenes de sonrisas
Que nunca llegaron; están lejanas.
Tengo un peso de amores esperados.
De amores prometidos hace años.
“iré junto a ti” fueron las promesas.
Y se acaban los años; llegarán a su fin.
¿Llegará acaso la dueña de la sonrisa
Azul perenne, imborrable aun en sueños?
Quizá llegue al fin de mis tormentos
Y darme alegría con su presencia.
Tengo fe en las promesas, en las palabras
Que adornan al afecto o al amor.
Dudo de las palabras dadas al viento
Agradando solo al sol que la ve
O a las nubes que la retienen
Para apreciar el calor de cada sílaba,
Dadas al amigo que siempre espera,
Esperará hasta terminar sus días,
O hasta el cansancio que le da la espera.