Buscamos la soledad y el silencio. Solo la encontramos en el callejón. Es demasiado alto el precio. Y yo solo la quiero para la reflexión. En el jardín apartado hay una fuente. Junto a ella te sientas y disfruta del sonido. Es un placer reservado para tu atormentada mente. Y después te quedas con el rumor del agua dormido. La rosa que un día plantaste. Ha crecido y se mantiene fresca. Desde entonces soñaste con ella como acicate. La otra flor olvidada ya está seca