Con añoranzas uno año tras de otro se escucha la tristeza arañando por las paredes, hay un viento grotesco que emana desde las profundidades de la negra noche, un extraño silbido me eriza la piel desde los huesos, extraños sonidos tenebrosos me inquietan no sé de qué lugar provienen, sonidos de angustia, otros de dolor y unos con tanto filo en el sonido que emiten, son tan terroríficos que desgarran el alma, hay un gran vacío que rebota como ventanales viejos sin bisagras, el corazón no puedo encontrar nada que le consuele o que le pueda quitar el miedo, vuelan aves negras sobre la rapiña que ha dejado mi rostro por lo acontecido, vértigos de las memorias que olvidan hay recuerdos que brotan como dardos envenenados, y sobre la ira que me dejan caer los horrores de la noche, ellos tienen tantos silencios que gritan tan fuerte cuando cierro mis ojos.
MAQUIAVELICA