Rodrigo A. Alvarenga

Curvas peligrosas y delirios suicidas

En varios recuerdos

arden mis labios,

esperando el secreto,

añorando ese momento,

en el que vos y yo

-a escondidas-,

nos podamos perder en el deseo, 

con uno 

o varios besos. 

 

Quisiera decir:

Estoy harto de este cuento.

Pero,

sería un mentiroso;

me fascina dar largas a nuestros encuentros…

 

Por eso mismo,

estoy perplejo

porque seguís contando libras.

Olvidás que la gente

(¡con lujuria!)

te mira…

 

Tus curvas son asesinas,

y yo,

un suicida;

víctima de tu seducción maldita.

Muero en ellas todos los días,

y vos...,

 

¿te ponés a pensar en tus mejillas?