Julio Noel

Qué amargo es, amada mía, el duro despertar

¡Qué amargo es, amada mía, el duro despertar

a la realidad que a nuestro corazón congoja

cuando el desdichado destino nos despoja

de aquel etéreo y maravilloso soñar!

 

Acostumbrado a un continuo y silente vagar

por aquella región ignota que a mi alma arroja

a un espacio de dicha y felicidad, me enoja

el regreso a un mundo de estruendo y malestar.

 

Quisiera, amor mío, soñarte eternamente

y recordarte como una delicada rosa

con tu verde mirada perdida en el mar,

 

pero inmerso y desamparado entre tanta gente,

mi adorable sueño, no puedo hacer otra cosa

que olvidarte para siempre y echarme a llorar.

 

Canciones de amor.