YO CLAUDIO

LLANTO EN MI CORAZÓN.

Cuando la vida nos quita algo de las manos

es algo que se nos va y nos quedamos solos

la tristeza que mostramos en nuestros ojos

es como un jardín de flores que se marchitan

y caen en una tierra seca y amargada.

El espacio vacío que deja un ser querido

es como un campo herido donde el viento

rfío clama por el dolor esparcido y vivido

por un tiempo que nos a sido ingrato y dolido

por arrebatarnos una parte de nuestra alma

dejándonos sin sentido y sin palabras

mirando al cielo y preguntando a Dios

porque nos lleva algo de nuestra vida

dejándonos sin consuelo y nuestros ojos

en un charco de agua como un río que vaga

en silencio para entregar su dolor al mar.

Que grandes versos y poemas entregaste

a nuestros ojos para leer con gran pasión

con ese amor que nos dejaba en cada

espacio, en cada lectura, para ir a un encuentro de cada

pensamiento ya sea de pena o una alegría

que siempre nos dejabas a la mirada

de nuestra alegría y que éramos como unos,

como unos pájaros que estábamos a tu lado

para comer de tus palabras y beber alguna

lagrima para calmar nuestra hambre y sed

que nos brindabas en cada momentos

de tu vida poética mi buena y recordada amiga María.