Cuando la vida nos quita algo de las manos
es algo que se nos va y nos quedamos solos
la tristeza que mostramos en nuestros ojos
es como un jardín de flores que se marchitan
y caen en una tierra seca y amargada.
El espacio vacío que deja un ser querido
es como un campo herido donde el viento
rfío clama por el dolor esparcido y vivido
por un tiempo que nos a sido ingrato y dolido
por arrebatarnos una parte de nuestra alma
dejándonos sin sentido y sin palabras
mirando al cielo y preguntando a Dios
porque nos lleva algo de nuestra vida
dejándonos sin consuelo y nuestros ojos
en un charco de agua como un río que vaga
en silencio para entregar su dolor al mar.
Que grandes versos y poemas entregaste
a nuestros ojos para leer con gran pasión
con ese amor que nos dejaba en cada
espacio, en cada lectura, para ir a un encuentro de cada
pensamiento ya sea de pena o una alegría
que siempre nos dejabas a la mirada
de nuestra alegría y que éramos como unos,
como unos pájaros que estábamos a tu lado
para comer de tus palabras y beber alguna
lagrima para calmar nuestra hambre y sed
que nos brindabas en cada momentos
de tu vida poética mi buena y recordada amiga María.