A mi Amazona
Bella y rozagante,
así es mi amazona preferida,
la que de este escrito forma parte.
La atesoro en lo más íntimo
y un sentimiento inefable me invade.
Quizás en esto estemos de acuerdo,
de transitar como las aves,
que a simple vuelo sus amenazas evaden.
Que el calor de Enero nos recuerde siempre
aquella fiesta matrimonial,
y que el frío de Julio nos encuentre siempre
bajo el cálido techo de un hogar familiar.
Que el amor se construya de menor a mayor,
como la tenue luz del alba,
que a medio día alcanza su esplendor.
Por último, mi fiel amazona,
debo decirte:
Que como en este camino de compañeros
hemos hecho un trato,
trato de darte lo que a mi alcance puedo,
que si bien no es mucho,
lo es con buena voluntad y esmero