En días prístinos
enhebrando miradas
acaso fue tu bruma
espía de mi voluntad
lo que pudo ser
una incipiente morada
arañamientos
de lluvia desvencijada
espuma putrefacta
luz mojada de salamandra
la fiera antorcha del destino
que vocifera a nuestras espaldas
con el casual disfraz de la vida
en el quicio
mantengo el equilibrio
y decido celebrar
la recién cosecha de musgo
terciopelo índigo
sobre el robledal