Entre las sombras
se buscan utopías
y muchos sueños.
Algunas nacen
en medio de las nieblas
y de las brumas.
Otros se esconden
y quedan retenidos
en las pupilas.
Pero los hombres,
que buscan nuevos sueños,
no se conforman.
Quieren aquellos
que aporten novedades,
sin cicatrices.
Los que contengan
sonrisas a raudales
con vino y rosas.
Solo los niños
aceptan, de las sombras,
sus fantasías.
En ellas duermen,
descansan y sonríen,
pues son felices.
¡Qué bella imagen,
del niño, en un regazo,
que es invisible!
Rafael Sánchez Ortega ©
08/09/19