MI LÓBREGA NOCHE PERPETUADA
Hay en tu voz la gravedad de un trueno
y, en tu ser, la sumisión de un niño
y, el aroma de un fragante nardo…
está impregnada en tu piel de armiño.
De tu salvaje juventud, que amo,
siento la mirada espectral, en mis pupilas,
que se clava como potente dardo
dejando mi alma enajenada.
Y, en mi lóbrega noche perpetuada…
¡te ansío tanto cómo tú no te imaginas!
amándote con delirio y mi amor no preconizas
y siento arder mi vientre en llamaradas...
lamaradas… que se tornan en cenizas.
Felina
Septiembre 22 019