Paloma Errante
Con las alas cansadas
de volar sin rumbo fijo,
en busca de un lugar
para formar un nuevo nido,
una paloma errante
surcó el infinito
deseando alcanzar
su meta y su destino.
Su corazón de madre
muy dentro albergaba,
el deseo inminente
de hallar sosiego y calma,
para darle a sus retoños
una existencia tranquila,
sin dudas ni contratiempos
y con inmensa dicha.
La pobre paloma errante
exploró sin descanso
y al fin encontró el lugar
en un sitio lejano,
y con inmenso amor
con tezón y cariño
formó su nuevo hogar
al lado de sus hijos.
Se enfrentó con tormentas
desafió mil peligros,
que pudieran destrozar
lo que había construido,
la afanosa paloma
se aferró a su nidal
para evitar que el viento
lo pudiera derribar.
Entre batallas diarias
fué transcurriendo el tiempo,
y en un santiamén
sus vástagos crecieron,
extendieron sus alas
para emprender su vuelo
y buscaron su rumbo
volando en otro cielo.
La vida impredecible
le jugó bromas crueles,
que su intento a seguir
la hizo claudicar
de luchar sin descanso
por su ansiado porvenir
harta ya de batallar
se dejó vencer al fín.
Y la triste paloma errante
antaño afanosa y firme,
con la tristeza en el alma
perdió su seguridad,
retornó al antiguo nido
con sus alas agotadas,
ya no quiso continuar
tenía su fé destrozada.
La pobre paloma errante
envuelta en su pesimismo
y cansada de esperar
un motivo que la aliente,
saborea la soledad
encerrada en su mundo,
descendiendo abruptamente
en el mas profundo abismo.
Winda
Señora melancolía