Puedo sentir su calor
Ése fuego abrasador
Mí alma está refugiada
Con la calma de su amor.
Cuesta mucho ya no verla
Cómo extraño su mirada
Una belleza imponente
Pero humilde y adorada.
Mi madre me enseñó a sentir
Que es escuchar con el alma
Mi madre me enseñó a hablar
Y a expresarme sin palabras.
Su ejemplo es mi bandera
Me hace libre su enseñanza
Su concejo vive en mí
Son una caricia al alma.
Moscú