Sostenme en tus brazos y no me sueltes nunca.
Abrázame con tu alma y corazón
Regálame uno de esos apapachos que curan todos los males y dan tranquilidad al espíritu.
Porque aunque sea un hombre
necesito sentirme seguro entre tus manos y
percibir los latidos de tu corazón junto al mío.