Fantasma Enamorado

Tristeza

 

Devora mi mundo, en suave susurro. 

La furia de unos ojos ardientes 

Que esconden, y abrigan

Fragmentos de hierro helado, y oscuro  

 

Entre gritos, de un turbulento océano.

Perseguido por una voraz bestia, 

Y un malvado olor a corazónes rotos,

Camino, sin ser escuchado  

 

Mis lagrimas de amarga sal.

Revolcandose entre las olas,

Invencibles olas de agua gris.

Se compilan, a la orilla del mar  

 

Estoy en un mundo afligido, apagado.

Y silencio, preñado de gritos de ébano.

Transformando el aire fresco, y dulce,

Con aroma nauseabundo, forjado  

 

De tierra indiferente nacido.

De sangre cobriza, sin realeza alguna,  

Sigo siendo el mismo plebeyo.

Nunca visto...nunca oido  

 

Como el cuervo de ojos carmesí.

Mastica, al destrozar la paloma.

El decamiento me atrapa, y devora

En un vertiginiso, frenesí  

 

En pletora de gritos de agonia.

Vuelan las gaviotas por los cielos

Barriendo con mi esteril, y funesta vida

Sin siquiera, tan solo, una morusa, de alegria