Permanezco inmóvil observando
tus diferentes ademanes al caminar,
los guiños previos a tus bromas,
las muecas que acompañan a tu risa,
los gestos airados de tus enfados,
las señas marcadas de tu personalidad.
Permanezco inmóvil observando
como te arrancas a bailar,
tus posturas sentada cerca
con aparente indiferencia,
tus posturas sentada lejos
con miradas de proximidad.
Permanezco inmóvil observando
como contemplas la lejanía,
tu interés por un interlocutor,
tu atención ante el paso de aves,
tu curiosidad ante un cuadro,
tu delicadeza ante lo frágil.
Permanezco inmóvil observando
sin percibir que soy observado
sin mostrar gestos ni muecas (¿o sí?),
siempre en la misma postura (¿o no?),
desatendiendo otras meditaciones,
convertido en estampa de ojo ajeno.
Permanezco inmóvil observando,
absorbente esponja inmóvil.
escultura de ojos atentos y curiosos,
gélido escaparate inanimado,
bailarín vergonzoso paralizado,
contemplador de mi reflejo de tus ojos.