Tal vez serian como las seis de la mañana,
Cuando desperté de mi mal sueño,
Me invadió una inmensa amargura al pensar
Que moriría lejos de tus ojos,
Se me arrugo el corazón, se adormeció mi alma
Se detuvieron mis pasos, se borro la sonrisa de mis labios,
Y se agotaron mis fuerzas, al no tenerte amada mía.
Mi garganta se seco, será tal vez por mis nervios,
Y no podía impedir que mis lágrimas surcaran mi rostro,
El sol ingreso por mi ventana iluminando tu cuerpo
Eso trajo alivio a mi alma afligida y extravía
En este maldito sueño que no quiero que se haga realidad.