¿Cómo es qué,
si han pasado, tal vez, 55 años,
de tanto en tanto
te escurres en mis sueños?;
había algo en ti,
en ese entonces,
por eso, conversaba,
mirándote a los ojos,
nos besamos,
y lo único que existió,
oírme decir un
no te quiero,
obedecía voces internas,
te fui olvidando.
Mas un día,
quizás 25 años más tarde,
apareciste en el frontis de tu casa,
sabía que me esperabas,
pero éramos mucho más jóvenes,
serían las tres de la madrugada,
pasaba con pies ligeros;
te pedí perdón por mis palabras,
te sorprendiste,
nada había sucedido
entre nosotros,
ningún roce,
me dijiste.
Así ocurre desde ese día,
durante largo tiempo estás ausente,
y cualquier noche te entrometes;
hay un lazo entre nosotros,
fugaz, misterioso, leve,
…