El café más amargo,
La casa vacía,
Mis manos recorren
Donde tus labios sentí,
Deseosos de esa lujuria,
Insaciable, que ahora
Sólo te pertenece a ti.
Trato de hallarte en
Otros besos, en otras bocas,
Luchando en vano por
Olvidarme de tu ser,
Extenuantes caricias
Desenfrenadas,
Sin sabor a nada,
Odiando nuevamente
No poder sentir tu piel.
Marcada en mi quedaste,
Caprichosa,
Volaste alto, no sé ni
A donde ni porque,
Más tu figura y el
Humo de tu cuerpo,
Han quedado impregnados
Tan dentro, que sólo
Le lloro al pasado,
A lo que fue...
A tu malicia,
A tus curvas divinas,
Tu sexo tan ardiente,
Tus manos tan frías,
Tus senos tan suaves
Y tus labios tan tibios,
A todo lo que eras,
Que quedó grabado en mí...
A todo lo que eras
Cuando estabas aqui...